lunes, 1 de abril de 2013

Praga, una ciudad con encanto


Aunque el siguiente post está, en cierto modo, relacionado con el proyecto de voluntariado europeo de Liberec, no os voy a martirizar más con el viaje. Esta vez os voy a hablar de mi visita relámpago a la capital de la República Checa (no podía dejar pasar la oportunidad de visitar Praga estando en el país). Un día es muy poco tiempo para conocer a fondo una ciudad, pero sí suficiente para descubrir sus encantos y quedarse con ganas de volver. 

Praga es conocida como la ciudad "de oro", "de las cien torres", "corona del mundo" o "ensueño de piedra". Escritores como Jan Neruda o Franz Kafka son los más representativos de una ciudad que alberga una gran riqueza cultural y arquitectónica. 

Agolparse en torno al río Moldava para ver el Castillo de Praga o el Puente de Carlos es lo primero que hacen muchos de los turistas (entre los que me incluyo) nada más llegar a la ciudad. Estos monumentos arquitectónicos son impresionantes por su tamaño y/o historia.

El Castillo de Praga forma parte del libro de los récord Guinness al ser el castillo antiguo más grande del mundo, ¡con 70.000 metros cuadrados! ¿Os imagináis jugar al escondite allí? Se trata de un conjunto de monumentos de construcciones de palacios, oficinas, edificios eclesiásticos, fortificaciones y de vivienda de todos los estilos arquitectónicos. Originalmente era sede de los príncipes y los reyes checos, y desde 1918 es la sede presidencial. Y en las pequeñas casas construidas junto a la muralla de fortificación gótica, en el llamado "Callejón del oro", vivían los artesanos del castillo. Al igual que ocurre en otras ciudades, cuando la bandera está izada significa que el presidente está en el país trabajando. 

Allí también se puede ver la Catedral de San Vito, a la que es difícil sacar una foto completa... Nada más cruzar una puerta te la encuentras a escasos 10 metros... Imposible captar con la cámara esta catedral gótica fundada en 1344. Su construcción duró 600 años y fue terminada definitivamente en 1929.

El Castillo de Praga se extiende desde el edificio con tejado negro hasta la torre con tejado naranja (derecha).

En esta entrada tiene lugar el cambio de guardia. 
Iglesia de San Vito.
En el número 22 del "Callejón del oro" vivió Kafka seis meses. 

Otro de los lugares turísticos por excelencia es el Puente de Carlos, construido en el lugar del puente de Judit (destruido en 1342 por una inundación). Fue edificado por Carlos IV en el año 1357. En ambos lados el puente está fortificado con la Torre del Puente de la Ciudad Pequeña y la Torre de la Ciudad Vieja. En los pilares del puente se colocaron 30 estatuas y conjuntos de estatuas de Santos, entre ellas las de San Juan Nepomuceno, confesor de la reina al que el rey mandó primero cortar la lengua y más tarde tirar al río al mantener el secreto de confesión. 

Torre del Puente de la Ciudad Vieja. 
Imagen de San Juan Nepomuceno, confesor de la reina. Se dice que tocar su imagen
mientras cae da buena suerte. También se toca al perro con la idea de volver a Praga. 

El Stabri Twin no quiso perderse el viaje. Aquí estamos con otra de las
representaciones de San Juan Nepomuceno en el Puente de Carlos. 

Como se puede ver, en Praga los turistas tienen por costumbre tocar las representaciones más destacadas buscando la buena suerte. Eso se aprecia en el color dorado de las imágenes o estatuas. Y si se empezó tocando la figura de San Juan Nepomuceno, luego se continuó con muchas otras. Y cuando digo que lo tocan todo, es que lo tocan todo, no se cortan... 

Ni el guía turístico nos sabía explicar el por qué de esta escultura y la tradición de tocarla "ahí". 

El reloj astronómico, en el edificio del ayuntamiento de la Ciudad Vieja, es otro de los atractivos de Praga. A cada hora en punto, entre las 09.00 y las 21.00 horas, aparecen 12 apóstoles. Su función originaria no era dar la hora, sino representar las órbitas del Sol y la Luna. De hecho, en su parte inferior se haya un calendario con los signos zodiacales. 

Existen varias leyendas en torno al reloj astronómico. La que me explicó un guía turístico es que, después de su construcción, el maestro Hanus estaba centrado en el proyecto de un nuevo reloj astronómico perfeccionado. Temerosos de que la obra fuera llevada a cabo en otra ciudad extranjera, los dirigentes irrumpieron en el taller de Hanus y lo dejaron ciego clavándole un puñal en los ojos. Pasaron los años y Hanus, como última voluntad tras caer enfermo, pidió tocar su gran obra antes de que le llegara la muerte. Así, una vez delante de la maquinaria, la acarició con sus manos y hundió el brazo en uno de los engranajes principales, rompiendo una palanca y parando el reloj. Cuenta la leyenda que en ese mismo instante Hanus cayó muerto frente a su obra. Tardaron casi 500 años hasta que otro ingeniero fuera capaz de arreglar la maquinaria. 

Por las dos ventanas superiores aparecen los 12 apóstoles.
Iglesia de Nuestra Señora, visible desde la Plaza de la Ciudad Vieja,
iluminada por el sol del atardecer.

Praga es sinónimo de historia. Por poco tiempo que tuviera, una visita obligada fue al barrio judío, donde se encuentran sinagogas tan conocidas como la Sinagoga de Pinkas, la Sinagoga Klausen, la Sinagoga Española o la Sinagoga Vieja-Nueva

Sinagoga de Pinkas, fundada en 1479. En sus paredes están inscritos los
nombres de los 77.297 judíos checoslovacos asesinados por los nazis

Sinagoga Klausen, construida en 1694.
Sinagoga Española, construida en 1868. También llamada "La Española" debido
a su decoración morisca, de gran similitud con La Alhambra de Granada.
La Sinagoga Vieja-Nueva es la sinagoga más antigua conservada de la Europa Central.
Construcción de gótico temprano de finales del siglo XIII.

Fue un solo día y lo más turístico sí lo vi, como veis por las fotos (aunque tengo muchísimas más). Pero como siempre hay que dejar algo sin ver para volver, yo "decidí" dejar mucho por descubrir para regresar en unos años (quizás a partir de 2015, cuando ya esté abierto el Museo Nacional). Eso sí, ¿qué es de una visita sin comprar los típicos souvenirs?

Las marionetas son el souvenir por excelencia en la República Checa.
Hay marionetas de todos los tamaños y personajes.
Pinocho se dejaba llevar.
Los grabados de la ciudad de Praga eran espectaculares.
En Galicia: "Meigas habelas, hainas", pero en la República Checa, también.

4 comentarios:

  1. Un post super interesante Ana!!!!

    Mira que últimamente te encanta darnos envídia, ehhhh???

    Me ofrezco voluntaria para ir contigo a Praga y así que puedas ver el resto de la ciudad!!! ;-)

    Un besito,
    Sandra von Cake

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Compañía aceptada!!! Como te vayas para Alemania, la República Checa te queda justo al lado!! Ya te veo yo dentro de poco colgar fotos también de Praga ;-)

      Muaks

      Eliminar
  2. Ala! ya me ha picado el gusanillo! Tenía esta ciudad en mi lista de sitios pendientes pero con lo bien q has explicado todo va a ser una de las próximas! Para haber ido solo un día le has sacado mucho partido. Hay algo q yo nunca hago y es coger un guía, no sé, siempre leemos algo de la guía q llevemos y nos conformamos con eso, pero veo q alguien q sea realmente experto es mejor opción. Me encantan esas historias y leyendas, pensar si habrá pasado de verdad... Muy buen post Ana!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Raquel!!! Con lo viajera que eres, tú podrías tener un blog también interesantísimo sobre destinos!!!!

      La opción de coger un guía era, precisamente, para conocer bien lo básico y no perder el tiempo (que era lo que no tenía, jaja). Praga es una ciudad muy recomendable!!

      Muaks

      Eliminar